Intereses y habilidades personales
Descubrirás que tienes diversas habilidades,
capacidades e intereses, las habilidad como una destacada aptitud innata o desarrollada para determinada
actividad. Esto también se conoce como talento.
De manera personal identifica y menciona tus intereses y habilidades personales.
¿Qué habilidades
se deben promover para lograr un desarrollo positivo en tus estudiantes?
1. Curiosidad
La curiosidad es
la habilidad que se desarrolla para buscar y adquirir nuevos conocimientos,
habilidades, y distintas formas de entender cómo funciona el mundo. Está en el
corazón de la motivación de los niños y es, básicamente, lo que los mantiene
con ganas de aprender por el resto de sus vidas. La curiosidad
facilita el compromiso, el pensamiento crítico y el razonamiento.
Nutrimos la
curiosidad de los niños y otras habilidades vitales para el aprendizaje
cuando los inspiramos a identificarse y buscar respuestas a preguntas que les
causen un interés particular. Cuando los ayudamos a reconocer el fracaso y los
errores como una oportunidad para la exploración, los inspiramos también a
experimentar y descubrir. Los ayudamos a entender los distintos aspectos de un
aprendizaje comprometido cuando reconocemos las diferentes formas en que ellos
exploran su entorno – ya sea tocando, saboreando, escalando, oliendo, etc – y
los instamos a perseverar en su búsqueda de respuestas. Cuando les enseñamos
cómo las distintas partes se conectan para influenciar a toda la sociedad,
ellos descubren que la curiosidad mejora sus relaciones, ayuda a incrementar su
innovación, y los conduce a realizar cambios sociales positivos.
2. Sociabilidad
La sociabilidad
es la habilidad cooperativa y alegre mediante la cual nos comprometemos con los
demás. Proviene de una colección de habilidades sociales y emocionales que
ayudan a los niños a entender y expresar sus sentimientos y comportamientos de
forma que se puedan facilitar las relaciones positivas, incluyendo escuchar de
manera activa, auto-regulación, y la comunicación efectiva.
Influenciamos la
sociabilidad de los niños cuando los ayudamos a entender que las palabras que
escogen hacen una diferencia en las relaciones que pretenden establecer. Cuando
les enseñamos que cada interacción social está atada a una reacción emocional,
los ayudamos a evadir los comportamientos impulsivos y a pensar sobre las
situaciones difíciles antes de actuar. También los ayudamos a construir su
capacidad colaborativa para el trabajo en equipo.
3. Resiliencia
La resiliencia
es la habilidad para enfrentar y superar desafíos de forma que se pueda mantener
o promover el bienestar propio. Incorpora atributos como la persistencia, la
determinación y la iniciativa.
Construimos
resiliencia cuando empujamos a los estudiantes de manera gentil a salir de
su zona de confort intelectual, emocional, social y física. Nuestro apoyo e
inspiración los ayudará a arriesgarse, sobrepasar obstáculos, y crecer desde
los errores, lo que los ayudará a aprender de los altibajos que les depondrá la
vida en sus caminos.
4.
Auto-consciencia
La
auto-consciencia es la habilidad que se tiene para examinar y entender quiénes
somos en relación al mundo que nos rodea. Se desarrolla a través de
habilidades como la auto-reflexión, la creación de significados, y el
desarrollo de valores y creencias. Está situado al sur de la “brújula” interna,
y simboliza la introspección como un proceso en el que nos encontramos a través
de nuestro constante análisis. Esta habilidad afecta a los niños y su capacidad
para verse a ellos mismos como únicos y, claro, diferentes del resto de las
personas que les rodean.
Estimulamos la
auto-consciencia de los estudiantes cuando los comprometemos en reflexiones y
conversaciones sobre sus valores, creencias, actitudes, y otros dilemas
morales. A través de estos compromisos logramos que ellos puedan entender y atender
sus características intelectuales, emocionales, sociales y físicas, y así
ayudarlos a desarrollar un potencial humano totalmente completo.
5. Integridad
La integridad es
la habilidad para actuar consistentemente con aquellos valores, creencias y
principios que decimos sostener. Se trata de coraje, valentía, honestidad y
respeto con las interacciones diarias de cada uno de nosotros y claro, hacer
siempre lo correcto aún cuando nadie nos esté observando.
Modelamos la
integridad de los niños a través de un constante trato hacia ellos de respeto y
dignidad, así como también escuchando sus sentimientos y opiniones sin ningún
tipo de juicio. Cuando incentivamos positivamente a los estudiantes por haber
demostrado sus valores, creencias y principios a través de acciones, les
recordamos sus valores humanos éticos, y cómo el desarrollo de estos va mucho
más allá de un simple grado o una calificación.
6. Ingenio
El ingenio es la
habilidad para encontrar y usar las fuentes y recursos disponibles para
alcanzar metas, resolver problemas, y moldear el futuro. Se basa en otras
habilidades como la planificación, el establecimiento de metas, el pensamiento
estratégico y la organización.
Inspiramos a los
estudiantes a ser ingeniosos cuando ponemos en ellos altas expectativas y los
apoyamos en el alcance de sus objetivos. Cuando les enseñamos a ser pensadores
estratégicos y a resolver problemas mediante la adaptación, ellos son capaces
de aprender a vivir sin reglas y cánones rígidos, o a basarse en ideas
preconcebidas.
7. Creatividad
La creatividad
es la habilidad para generar y comunicar ideas originales y apreciar la
naturaleza de la belleza. Desarrolla la imaginación, la innovación, y el
sentido por lo estético.
Inspiramos la
creatividad cuando ayudamos a los jóvenes a expresarse a través de la
escritura, la poesía, la actuación, la fotografía, el arte, lo digital, etc.
Cuando nos damos cuenta, y claro, alabamos a los estudiantes por pensar más
allá de los límites y por tomar riesgos y su imaginación florece.
8. Empatía
La empatía es la
habilidad para reconocer, sentir y responderá las necesidades y el sufrimiento
de los demás. Facilita la expresión de preocupación, cariño, compasión, etc.
Está situado en el “norte verdadero” del compás, y simboliza el impacto externo
de educar a los niños en pos de lograr ciudadanos comprometidos con crear un
mundo justo y sostenible.
Fomentamos la
habilidad de los niños de preocuparse por quienes los rodean más allá de sus
propios intereses creando relaciones significativas con ellos, asegurándoles
que son vistos, percibidos y comprendidos sin importar cómo aprenden. Cuando
los exponemos a diferentes perspectivas del mundo, los comprometemos a
involucrarse en proyectos colectivos y a ser serviciales en el aprendizaje
dentro de la sala de clases pueden también desarrollar mejor su empatía y
compasión..
Desarrollar
estas habilidades y fomentar su interconexión implica esfuerzos
colaborativos entre padres, profesores y distintas
actividades extra-programáticas. Cuando ponemos atención al desarrollo de
estas habilidades, los resultados son realmente transformadores. No sólo los
niños se convierten en entidades en constante aprendizaje, sino también se
convierten en lo que María Montessori visionó: navegadores auto-suficientes de
sus propias vidas.
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